Mis dulces noches
Mis dulces noches eran celestiales.
Llenas
de azúcar y almíbar sin mesura.
Cuánto
amor, cuánto duende y hermosura
navegando
en mis días virginales.
Un
ocaso de insidias desleales
sorprendióme
canalla noche oscura.
Violó
mi candor con saña dura,
clavó
en mi alma sus pérfidos puñales.
Dolióme
tanto que llamé a la muerte.
Yo,
sin saber de mal ni de venganza,
que
nunca disfruté de peor suerte
piedad
rogaba por si era compasiva,
mas
deshizo mi amor y mi esperanza
la
larga noche amarga y corrosiva.
- Del libro "Y después vendrá el alba" de Consol Agulló-