II
Tus brazos rodeando mi cintura,
tus labios resbalando por mi frente,
tu pecho palpitándome en la mente
y atrapada me quedo en tu figura.
Me sigues abrazando y mi cordura
se remonta a un espacio diferente:
confundida no veo la vertiente
donde empieza a regirme la locura.
En tu cuerpo la música me riza
y dulce expresa como estoy amando
al hombre que con giros me hipnotiza.
Contigo amor, quiero seguir bailando
hasta que la piel arda sin ceniza
y nuestras bocas queden suspirando.
- Del libro "Y después vendrá el alba" de Consol Agulló-